
El 27 de junio de 2002 Clarín podría haber titulado “
La lucha de muchos años de radios comunitarias, organizaciones estudiantiles, movimientos sociales, partidos políticos, etc. nos condujo al día de hoy, donde finalmente estamos frente a la posibilidad de tener un nuevo marco regulatorio que nos permita a todos tener voz. No es un proyecto del Gobierno, sino del trabajo y el esfuerzo de muchos otros. Porque no hay que dejar de tener en cuenta lo siguiente: este gobierno que hoy se jacta de su lucha anti monopólica y por la democratización de la palabra, es el mismo que renovó todas las licencias a los mismos medios que hoy demoniza; es, también, el mismo que aprobó el monopolio de las empresas de cable que pertenecen al grupo Clarín. Por lo tanto, sabemos que no es garantía en sí mismo de satisfacer los reclamos que muchos sectores vienen haciendo desde hace mucho tiempo en materia de comunicación.
Lo peculiar del caso es que el ante proyecto respeta muchos de los 21 puntos que redactó la Coalición por una Ley de Radiodifusión de
Sabemos que hay muchas ambigüedades en el proyecto de ley y también sabemos que las presiones para conseguir que no se apruebe serán infinitas. Por eso, debemos involucrarnos al máximo y asumir la responsabilidad que nos toca, para pulir los artículos que nos dejan dudas y para conseguir que se apruebe, y luego se aplique. Y eso sólo se consigue de una manera: con toda la gente en las calles.
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